martes, 15 de mayo de 2012

El temperamento en la conducción del proceso pedagógico deportivo.


Autores:
Dra. C. Magaly E. Fuentes Parra. Prof. Titular. Universidad Médica de la Habana.
                                                        
MSc. Iván Elías Fuentes Parra. Prof. Asistente. Universidad del Deporte “Manuel Fajardo.

Prof. Yoana Coromoto  Rojas Segura.  Universidad Pedagógica experimental Libertador.    Venezuela.


RESUMEN
En este estudio se demuestra la importancia del diagnóstico del temperamento de los deportistas para el mejor control, regulación y evaluación  de su desempeño  y con ello el logro de un mayor rendimiento deportivo.
La preparación  psicológica de los deportistas es uno de los aspectos más importante en la formación de los mismos.
Se ha comprobado que muchos atletas con óptima preparación física y técnica no han llegado a escalar el podio, porque en la competencia les ha faltado concentración de la atención, seguridad en sus fortalezas, o el  dinamismo psíquico necesario para efectuar con éxito una determinada acción técnico-táctica; causas, entre otras, atribuidas a dificultades en el comportamiento psicodinámico o temperamental.

Palabras claves.
Entrenamiento deportivo. Personalidad del atleta. Temperamento.
       La influencia del temperamento en la ejecución de las acciones técnico-tácticas
Según D. Harre, la técnica es un sistema especializado de movimientos, orientado hacia una organización racional de interacción de las fuerzas internas y externas, con el objetivo de que el atleta aproveche, estas fuerzas para alcanzar altos resultados deportivos (14), mientras que Dzhangarov y A. Z. Puni son del criterio de que la táctica consiste en el empleo de conocimientos, habilidades y hábitos adquiridos, que permiten el desempeño de las posibilidades físicas, psíquicas y técnicas para vencer la oposición de los contrarios durante la lucha deportiva. (4). El primero nos da como concepto que “la táctica es la actividad dirigida hacia el éxito óptimo que se debe ejecutar con los conocimientos tácticos, habilidades técnicas, facultad condicional, rapidez y otros componentes”. (8)
M. del Pino y G. Saba, han comprobado que la táctica de combate tiene relación con la decisión, la concentración de la atención y la seguridad en sí mismo, y, por tanto, estas cuestiones influyen en el desempeño del luchador. (3)
En todos los deportes el atleta debe tener conocimientos deportivos generales y especiales que le permitan crear la base del aprendizaje en las acciones tácticas y de habilidades, lo cual constituye, a su vez, un pensamiento productivo y creador.
El atleta debe tener conocimiento del reglamento de la competencia, de su organización y conducción, para utilizarlas como un medio táctico. El sistema de competencia, con sus variantes, deben ser dominados por el atleta; a través de estos el deportista puede trazar, junto a su entrenador, un plan táctico.
En los deportes por parejas, el conocimiento del contrario y sus características, le facilita seleccionar qué tipo de táctica empleará para vencer al adversario, y conocer la interacción entre la técnica y la táctica, sus condiciones físicas, temperamento y cualidades volitivas, para el mejor empleo de sus capacidades físicas e intelectuales.
Pongamos un ejemplo de cómo se manifiesta en la lucha libre algunas de las propiedades que determinan el comportamiento temperamental:
La táctica de las combinaciones es el paso de una acción a otra, cuando existe una defensa por parte del contrario. En este tipo de acción se pone de manifiesto el dinamismo psíquico (propiedad del sistema nervioso central), lo que facilita la elaboración de una respuesta rápida. La movilidad de los procesos nerviosos que facilita la formación y transformación de nuevas conexiones en los estados de excitación e inhibición, permite pasar de una acción técnica que se estaba ejecutando a la nueva; esta es otra de las manifestaciones que se observa en este deporte.
Si analizamos detenidamente los conceptos de técnica y táctica, y tenemos en cuenta los argumentos anteriores, se puede corroborar el criterio de M. E. Fuentes en su concepto de temperamento, donde plantea que este puede expresarse a través de las habilidades; en este caso particular, las motrices-deportivas. Por ejemplo, en la lucha, el principio de la uniformidad desempeña un papel importante para el comportamiento de la táctica. El luchador debe actuar con gran economía de esfuerzo cuando mantiene un ritmo de combate continuo, no se debe dejar influir por la táctica del contrario, ni renunciar al ritmo de combate que se ha impuesto. En este tipo de lucha se condicionan la técnica y la táctica. Aquí se pone de manifiesto una serie de cualidades temperamen­ta­­­les esenciales para el éxito de esas acciones, como la perseverancia, el autocontrol, la seguridad en sí mismo, la estabilidad emocio­nal, la reacción rápida ante los sucesos imprevistos o desa­gradables. Estas cualidades psicodinámicas, que son características de la combinación temperamental sanguíneo-flemática, permiten la elección de acciones y maniobras tácticas más favorables en un determinado período de tiempo.
Durante los ataques continuos, el atleta debe mantener la perseverancia, y seleccionar bien la técnica y la táctica para no ejecutar movimientos falsos o innecesarios que le hagan perder el control sobre el contrario. El autocontrol y la seguridad en sí mismo son cualidades importantes en este tipo de deporte, por sus característi­cas, la intensidad de los combates, la exigencia del reglamento, la poca recuperación entre los tiempos de combate, y, por otro lado, si el atleta no tiene una preparación óptima, puede llegar a perder estas cualidades, por lo cual es necesario mantener la ecuanimidad durante el desarrollo del encuentro.
Resultados de algunos estudios relacionados con la actividad psicodinámica de atletas de diferentes deportes
Los investigadores V. M. Volkov y V. P. Filin demostraron que las particularidades psicológicas individuales determinan los progresos en la enseñanza del individuo, argumento convincente para subrayar el papel protagónico de las peculiaridades psicodinámicas en el proceso pedagógico-deportivo. (14)
B. A. Viatkin y A. Z. Puni comprobaron, en condiciones experimentales, la correlación entre el modo de manifestación y la dinámica de algunas características del estado de predisposición psí­quica y tipológica nerviosa del deportista. (11)
También podemos señalar los trabajos de A. N. Kapustin, desarro­llados con gimnastas, con los cuales demostró que cualidades del temperamento, como la reacción y la excitabilidad, influyen de forma diferente en la dinámica de la concentración de la atención durante la competencia, a como lo hacen en el entrenamiento; sin embargo, encontró que la propiedad rigidez se manifiesta igual en ambos períodos. (12)
B. A. Viatkin comprobó que el temperamento determina la efectividad de la influencia de la motivación en el deporte. (13)
B. I. Yakubchik y V. P. Marlinkin demostraron que los deportistas que presentan en su tipo de sistema nervioso características de inerte, compensan las insuficiencias de rapidez de cambio de la atención cuando varía la situación, haciendo una valoración exacta de los mismos indicios de cambio de la situación en el futuro inmediato. (12)
Estos investigadores también constataron que los deportistas en los que predomina la movilidad de los procesos nerviosos tienen una tendencia a los movimientos superfluos (innecesarios) y a la variación rápida de la táctica.
En 1967, S. L. Rubinstein hizo referencia a la relación de las características psíquicas del temperamento con las características físicas del organismo, y compartió el criterio de A. G. Kovalev de que el temperamento se manifiesta en los procesos emocionales, intelectuales y volitivos. (9)
En 1969, A. Puni explica cómo se manifiesta la atención en el corredor de fondo. Hace referencia a uno de sus experimentos donde evidencia la relación entre las diferencias psicológicas individuales de esgrimistas con las peculiaridades de sus tipos de actividad nerviosa superior, las cuales, según él, destacan las especificidades del carácter y del temperamento de cada uno de ellos, lo que puede facilitar el logro de una alta maestría depor­tiva; razón por la cual el entrenador debe tenerlas en cuenta para la elaboración del plan individual del entrenamiento del depor­tista. (11)
Estos criterios de Puni fueron apoyados por B. M. Teplov y V. D. Nebilisin, en 1977, cuando desarrollaban la doctrina de Pavlov, y fueron ampliamente corroborados e ilustrados por A. V. Rodio­­nov, en 1978, en su libro Psicología del entrenamiento deportivo; y, en 1983, V. M. Volkov y V. P. Filin la retoman en Selección deporti­va. (14)
En 1974, F. Mahlo ofrece su consideración acerca de la acción táctica, la cual relaciona con las acciones y reacciones de los adversarios, aspectos dependientes de la dinámica psíquica con que los atletas la ejecutan. (10)
En 1975, el cubano F. García Ucha, en investigaciones con corredores de distancias cortas, demuestra la necesidad de conocer las características temperamentales individuales de los atletas de esta modalidad, para la planificación del entrenamiento de arrancada. En ese mismo estudio se refiere al tiempo de reacción, y a algunos de los factores de los cuales depende la orientación de la atención. Al respecto señala: “las características del temperamento del atleta que reflejan las propiedades de la actividad nerviosa superior, la fuerza de los procesos nerviosos, su equilibrio y movilidad, juegan un rol determinante en las reacciones. Hay tres factores que parecen estar comprendidos en el temperamento, uno de ellos es el de la excitabilidad o reactividad psíquica: se trata de la rapidez y la fuerza de las reacciones; por otra parte, de la sensibilidad a las excitaciones (algunas personas son más rápidamente impresionables que otras)”. (6)
B. M. Teplov y V. D. Nebilisin, en 1977, retoman los criterios de Puni acerca de la relación entre las diferencias psicológicas in­­di­vi­duales de esgrimistas con las peculiaridades de sus tipos de ac­­ti­vidad nerviosa superior, cuando desarrollaban la teoría de Pavlov, y fueron ampliamente corroborados e ilustrados por A. V. Radio­­­nov, en 1978, en su libro Psicología del entrenamiento deportivo. Posteriormente, V. M. Volkov y V. P. Filin la retoman en Selección deportiva, en 1983, cuando plantean, además, que las particularidades psicológicas individuales de los niños determinan los progresos en la enseñanza.
En 1978, F. García Ucha y C. F. Martínez, también cubano, en las recomendaciones de un estudio realizado con corredores de distancias largas, plantean la necesidad de que los atletas corredores de fondo tengan un alto desarrollo de la resistencia psíquica, la cual es definida por Kunath, en 1972. Según este investigador, entre sus componentes están las capacidades intelectuales, sensoriales, volitivas y el temperamento. (6)
Parece que 1980 fue un año muy fructífero para los estudiosos del temperamento, pues en la literatura, entre otros aportes, se registran los siguientes:
   M. S. Zakharov, en un análisis de las interconexiones entre los índices de la capacidad de trabajo físico y de las particularidades del temperamento, encontró estrecha relación. (7)
   E. P. Volkov, S. N. Fil y Y. V. Bliznyuk trabajaron en la optimización del entrenamiento de los jóvenes atletas, mediante la valoración de las peculiaridades de su sistema nervioso y el empleo de métodos psicopedagógicos compatibles con estas características, y señalan que hay que tener en cuenta el tipo de sistema nervioso para la selección de los métodos de enseñanza que se ajusten más a cada atleta. (15)
   E. P. Ilyin llevó a cabo estudios metodológicos más amplios sobre las implicaciones del temperamento en las características y efectividad del comportamiento de los atletas, al relacionar los as­pec­tos tipificadores del temperamento con diferentes característi­cas y respuestas psicológicas de los deportistas. (7)
   A. D. Ganyyushkin, M. V. Pristavkina y L. Dimitrienkova, en investigaciones realizadas con gimnastas, encontraron relación positiva entre la fuerza de la excitación y el rango de aspiración de los atletas para competir. (1)
   Y. Y. Palaima, al investigar los factores que intervienen en la motivación para alcanzar el éxito en atletas en vísperas de la competencia, encontró que la fuerza de excitación del sistema nervioso del deportista contribuye a aumentar la motivación para obtener altos rendimientos. (5)
I. Cervera Aguiar investigó en treinta y tres atletas de ambos sexos, en las categorías de once a doce y trece a catorce años, en el deporte de polo acuático de la EIDE, y llegó a la conclusión de que el temperamento predominante fue el sanguíneo. Utilizó el test de Eysenck y el M. Fuentes y J. Román. (2)
En los trabajos consultados, los autores, como línea general, recomiendan a los en­­trenadores tener en cuenta estos datos, a fin de que profundicen en el estudio de sus casos, pues todos los argumentos pre­sentados han permitido demostrar la importancia de orientar las tareas deportivas según las particularidades del temperamento de los atletas. Además, se debe enfatizar en el hecho de que, para facilitar el logro de una alta maestría deportiva, es necesario observar el tipo de actividad nerviosa superior.
En el mundo actual muchos entrenadores consideran estos criterios para la elaboración del plan de entrenamiento individual del deportista, porque con ellos los esfuerzos que se desplieguen pueden contribuir a superar las barreras internas y externas que tienen lugar en el proceso de la lucha deportiva.
Los logros alcanzados han permitido que el especialista pueda estudiar los rasgos y reacciones conductuales del individuo en determinadas situaciones, en qué medida influyen en el desarrollo de sus capacidades físicas e intelectuales, y cómo contribuir a la orientación de ese fin.
El móvil de la generalidad de esas investigaciones, sin duda, ha tenido un denominador común, el cual es también el eje de este trabajo: la medición y el control de los procesos internos que tienen que ver con el rendimiento de los deportistas en las competencias.
Pero si bien es cierto que el progreso vertiginoso de la ciencia y la tecnología ha dado paso a estos logros sustanciales, entendidos afirman que aún falta mucho por andar, pues específicamente en la rama de la Metrología deportiva, aunque ya se cuenta con importantes y sofisticados métodos y medios para medir, normar y controlar el estado y conducta de los deportistas en función del mejoramiento de los mismos, todavía no son suficientes las técnicas que revelen, con la mayor objetividad, exactitud e integralidad, los móviles internos de la actividad del atleta, y en especial, aquellas que diagnostiquen las peculiaridades del funcionamiento psicodinámico de los deportistas, que favorecen el desarrollo exitoso de sus actuaciones técnico-tácticas; cuestiones medulares en este contexto.
Salta a la vista cuán importante es que el entrenador pueda adentrarse en esta temática con objetividad científica, ya que obtendría como resultado la posibilidad de conducir con más efectividad las acciones del atleta de acuerdo con su especialidad deportiva.
Pero resulta que, con independencia de sus conocimientos y experiencias, se enfrenta a determinadas dificultades, por ejemplo a las cualidades psicodinámicas del atleta, que no son fáciles de distinguir a simple vista, y a la ausencia de un medio auxiliar que diagnostique el funcionamiento temperamental del deportista y permita una mejor calidad en el desempeño del mismo.
De acuerdo con lo señalado, vale destacar que lo desarrollado en cuanto a las técnicas para el diagnóstico del funcionamiento psico­dinámico del atleta se limita, según lo que conocemos, a un tipo de interpretación después de ser observado el comportamiento del deportista por el entrenador y a la valoración del deportista de su propia conducta. Estos medios, a nuestro juicio, son incapaces de emitir, con todo el rigor y la exactitud necesaria, los pronósticos sobre el compor­tamiento futuro del atleta, como lo están demandando las exigencias deportivas contemporáneas.
Para poder dar un paso superior en el sentido de satisfacer las necesidades planteadas, estimamos imprescindible que se lleve a cabo, en el medio deportivo, un estilo de medición con un diapasón que permita extraer una información más amplia, objetiva, precisa, y, por consiguiente, más confiable que las existentes y, lo más importante, que posibilite resolver las limitaciones que se presentan para:
   Determinar un modelo más efectivo de deportista.
   Perfeccionar la selección de posibles talentos.
   Recomendar la especialidad deportiva más adecuada.
   Pronosticar, controlar y regular el comportamiento técnico-táctico con una mayor objetividad.
   Elaborar indicaciones psicopedagógicas, psicoterapéuticas, técnico-tácticas y/o metodológicas, dirigidas a mejorar la conducta temperamental del deportista, en caso necesario.
Claro está, esto conlleva a desarrollar una nueva visión de tipo integradora y sistémica en cuanto a la construcción y el empleo de técnicas de diagnóstico que, en principio, contribuya a dar solución al problema planteado.
El estudio y la experiencia en esta actividad nos han permitido de­tectar y delimitar la operatividad del temperamento en función del deportista, y consideramos que los componentes de la personalidad son los que, por su naturaleza, pueden informar con gran efectividad, nitidez y perspectiva la conducta técnico-táctica de este en su desempeño deportivo.
Todas estas razones llevaron a Fuentes Parra  a la creación de un sistema de medición de las peculiaridades psicodinámicas del individuo, el cual permite diagnosticar sus manifestaciones con gran exactitud y,  al mismo tiempo, establecer un pronóstico de ese comportamiento que contribuya al perfeccionamiento del trabajo del deportista.
Los anteriores argumentos son el resultado del estudio de la autora durante apróximadamente dos décadas en esta temática, que se ha materializado en la Metodología para la Determinación de la Idoneidad Temperamental (MEDITEM). Esta metodología tiene como uno de los principales instrumentos para el  diagnóstico al IDETEM-1, a través del cual es posible hacer una caracterización detallada de la tendencia temperamental de cualquier persona. 

 

Bibliografía
  1. Benítez Osenes, Tahimí. Caracterización psicológica de los deportistas de gimnasia artística en edades tempranas. Categorías 8-10 años, ISCF M. Fajardo, La Habana, 1996. 
  2. Cervera Aguiar, J. Caracterización psicológica de los atletas escolares de polo acuático, ISCF M. Fajardo, La Habana, 1993. 
  3. Del Pino González, Martha y Gustavo Saba Ribas. Táctica y estado psicológico en luchadores élite. Instituto de Medicina Deportiva, La Habana, 2003. 
  4. Dzhangarov T. T. y A. Z. Puni. Psicología de la Educación Física y el Deporte, Editorial Científico Técnica, La Habana, 1990. 
5.    Fleites Céspedes, R. Estudio de algunas manifestaciones del tipo de actividad nerviosa superior en atletas del equipo de 12-13 años de la ADE de Holguín, y su relación con el prearranque competitivo en el curso 1985-1986.


6.  Fuentes Parra, M. E. (1978). Tipología del sistema nervioso central y su influencia en la selección de la música en Gimnasia Rítmica Deportiva. Trabajo de Diploma. La Habana, Instituto Superior de Cultura Física “Manuel Fajardo”.

7. ________________ y J. Román Hernández (1986). Cuestionario de tipos temperamentales. Hospital Psiquiátrico de la Habana: Revista con Boletín de Psicología La Habana. (La Habana) Vol. IX Sept.- Dic.

8________________ (1994). La determinación de la idoneidad temperamental del deportista. Tesis de Doctorado (Doctorado en Ciencias Pedagógicas). La Habana, Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”.

9.________________ (1994). El diagnóstico del temperamento: una opción terapéutica
       para la rehabilitación de pacientes. Material didáctico. La Habana.
10________________ (1997). La MEDITEM: una tecnología de avanzada. Revista
       CENESEDA. La Habana.
11________________ (2006). El temperamento en la formación del deportista. Ciudad de 
       la Habana, Editorial Deportes.
12. García Ucha, Francisco. 1980 “El papel de las particularidades del temperamento en los   
      rendimientos de los voleibolistas”, En Boletín In­formativo Científico Técnico, Instituto   
       de Medicina Deportiva, INDER. 
13._______. 1975.  “Un enfoque psicológico de la arrancada del velocista”, En Boletín
     Informativo Científico Técnico, Instituto de Medicina Deportiva, INDER. Habana,
14. Harre, Dietrich. 1983. Teoría y metodología del entrenamiento deportivo.      
      Editorial Científico Técnica, La Habana,
12. Rudik, P. A. Psicología de la Educación Física y el Deporte, Editorial Pueblo y   
      Educación, La Habana, 1997. 
13. Viatkin, B. A. La importancia del temperamento en la actividad deportiva. 












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